Exigen más protección de los bosques chilenos tras los mortíferos incendios
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Con más de 130 muertos, decenas de miles de damnificados y miles de viviendas destruidas, los incendios que ocurrieron a principios de febrero en Chile han dejado un balance particularmente mortífero. Año tras año, en un contexto de calentamiento global, el país suramericano enfrenta mega incendios. Pero según expertos consultados por RFI, hay maneras de reducir el impacto de las llamas.
Casas de madera hechas cenizas, 43.000 hectáreas de bosque quemado, es el panorama desolador que dejaron varios incendios de gran magnitud azotaron nuevamente Chile este año durante el verano austral.
Aunque la superficie de bosque afectada no alcanzó el récord de 2017 cuando se quemaron casi medio millón de hectáreas, los incendios de este año sorprendieron a todo el mundo por ser particularmente devastadores en zonas habitadas. Se trató, según el presidente Gabriel Boric, de “la peor tragedia” que vivió Chile desde el terremoto de 2010. Al menos 15.000 viviendas - muchas de ella, hechas de madera - fueron afectadas por las llamas que - según las autoridades - se desataron de forma intencional.
“Es plausible pensar que puede existir un aprovechamiento de ciertes intereses, en el entendido de que en Chile no existe una ley que impida la construcción post incendios de proyectos inmobiliarios”, alertó Jorge Sharp, alcalde de Valparaíso, la región afectada por los incendios.
Entrevista por RFI, el edil denunció una legislación ambiental demasiado laxa. “Esa ley lleva al menos 2 o tres años debatiéndose en el congreso y no ha tenido resultado. En otros países como Argentina, existe una legislación que impide darle un uso económico a un predio afectado por un incendio, cumpliendo éste una serie de requisito, al menos por varias décadas”. “Tampoco existe en Chile leyes que impongan obligaciones de cuidado, mantención y preservación a privado respecto a sus predios. Porque los incendios forestales, por regla general, inician en predios privados”, subrayó Jorge Sharp.
Tareas como la colocación de guardaparques, mantener limpios los predios y vigilarlos de eventuales inicios de incendios no forman parte de las obligaciones de los dueños privados en Chile.
Reformar las leyes para prevenir los incendios se vuelve una urgencia en un país como Chile que vive episodios de calor extremo de hasta 40 grados, cada vez más frecuentes debido al cambio climático.
El rol del cambio climático
Estos focos de incendios intencionales, combinados con un contexto de calor, sequía y vientos, agravado por fenómeno El Niño, constituyen una combinación mortífera para una rápida expansión de las llamas, observa María Jesús Rapanague, geofísica en el Instituto Max Planck en Alemania.
“Fueron dos días que se salieron de las temperaturas normales, con mucho viento. Son elementos determinantes para que los incendios se propaguen rápido. Eso sí, más del 90% de los incendios en Chile son debido a las causas humanas, ya sea por negligencia o de manera intencional”, recuerda la científica.
La científica, quien también estudió en una tesis la relación entre cambio climático e incendios en Chile, ha observado que “el rol del cambio climático no es tanto en cuántos incendios van a haber, sino que una vez que ocurren, que las condiciones hagan que se descontrolen”.
“Cada vez van a haber más olas de calor, más viento. Estas condiciones meteorológicas extremas en el futuro van a ser cada vez más comunes”, anticipa Rapanague. “Lamentablemente, puede que en el futuro tengamos incendios como éste de manera más frecuente”, advierte.
El reto de la restauración ecológica
La científica también apoya una reforma de la legislación para que los terrenos que se queman no se usen para actividades forestales o inmobiliaria si no es que eran terrenos dedicados para estos propósitos desde antes. La construcción de corta fuegos alrededor de las áreas urbanas cerca del bosque es otra medida urgente para luchar contra los incendios. “Lo ideal sería que no hubiera casas tan cerca de los bosques, pero lamentablemente la mayoría de la gente afectada no eligió vivir ahí: son tomas o viviendas donde vive la población más pobre”, explica la científica.
Para mantener el bosque nativo, científicos y ONG llevan a cabo tareas de reforestación en las zonas incendiadas. ¿Qué tanto se han reforestado estas zonas después de los grandes incendios desde 2017?
En conversación con RFI, el ingeniero forestal de la Universidad de Concepción, Aníbal Pauchard distingue la vegetación de las industrias forestales y los bosques nativos.
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“Las plantaciones forestales de especies introducidas como pinos y eucaliptus sí se han plantado. En el caso de una plantación forestal, es relativamente sencillo plantar en el invierno siguientes, especies dominantes”, explica Pauchard.
En cambio, “es más complejo en el caso del bosque nativo: lo que se tiene que hacer es una restauración ecológica, un proceso más complejo, que implica no solo plantar los árboles nativos que existían en el lugar, y hacer que las otras especies como arbustos y herbáceas se recuperen, es un proceso mucho más largo, caro e incipiente. Ahí hay un tema pendiente que tiene que ver con los recursos disponibles”, detalla el ingeniero.
Las tareas de restauración un bosque nativo “puede demorar décadas, por lo menos 20 años para obtener un bosque de alguna altura”, apunta Pauchard.
Altamente expuesto a la intensificación de las sequías a causa del calentamiento global, Chile enfrenta el desafío reducir los riesgos de incendios de y de mantener conservar sus bosques nativos. Un objetivo indispensable para capturar el CO2 excesivo que emitimos en la atmósfera con nuestras actividades humanas.
Entrevistas:
>María Jesús Rapanague, geofísica y doctorante en oceanografía en el Instituto Max Planck en Alemania.
>Jorge Sharp Fajardo, alcalde de Valparaíso, entrevistado por Paula Estañol.
>Aníbal Pauchard, ingeniero forestal, profesor en la Universidad de Concepción.