Por qué París quiere sacar de sus calles los vehículos S.U.V.
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Tras lograr desterrar los monopatines de las calles de París, la Alcaldía de la capital apunta ahora eliminar los vehículos S.U.V en nombre de la lucha contra la contaminación. El 4 de febrero, la alcaldía de la capital francesa realizará una consulta popular para triplicar la tarifa del estacionamiento para estas camionetas todoterreno.
Son vehículos urbanos amplios y confortables, los S. U. V. - iniciales de ‘sport utility vehicles’ en inglés- camionetas todoterreno dominan las ventas en Francia desde hace algunos años. Pero la alcaldía de París los considera como una amenaza ecológica porque pesan en promedio 200kg más y emiten más CO2 que los autos estándares.
El estado francés ya aplica una tasa especial a la compra de vehículos que pesan más de 1600 kilos, pero la alcaldesa de Paris Anne Hidalgo quiere ir mas allá e instaurar una tarifa especial de estacionamiento a los autos de grandes dimensiones para desincentivar su uso.
El costo de estacionar un S.U.V. en París durante seis horas podría pasar de 75 a 225 euros si los parisinos aprueban esta propuesta en una consulta popular el 4 de febrero. Una medida de este tipo ya existe en la ciudad de Lyon, administrada por un alcalde ecologista desde 2020.
"Para mejorar el uso del espacio público en París, reducir la contaminación y disminuir los accidentes, el Ayuntamiento de París consultará el 4 de febrero a los parisinos sobre el aumento de las tarifas de estacionamiento no residencial para todoterrenos y 4x4", justifica la alcaldía en su página web.
La propuesta parisina se basa en un informe de la ONG ecologista WWF que considera que los S.U.V son una “plaga” para el medioambiente. “Como un S.U.V. es un vehículo más pesado, necesita más combustible para desplazarse. Constatamos hace unos años fue que los S.U.V. de combustión emiten un 20% más de gases de efecto invernadero que los modelos usuales”, apunta Jean Burkard, encargado de campaña del WWF Francia.
Según la ONG, los modelos eléctricos tampoco son recomendables del punto de vista ecológico. “Nos dimos cuenta que, al ser vehículos más pesados, los S.U.V. requieren más metales críticos. Y los metales críticos son esenciales para toda la transición ecológica. Cuantos más S.U.V. eléctricos produzcamos, más metales críticos (litio, cobalto, níquel y cobre) utilizaremos. Y así vamos a causar una escasez de estos metales para otros porque los necesitamos también para fabricar paneles solares, turbinas eólicas y redes eléctricas”, indica a RFI Jean Burkard.
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Sin embargo, la instauración de una tarifa de estacionamiento prohibitiva para los vehículos todoterreno es vista por los representantes de los automovilistas franceses como una nueva ofensiva contra el auto. “Es una postura caricaturesca que ignora lo que es el mercado del automóvil. Está muy claro que una enorme proporción de estos vehículos S.U.V. son autos citadinos compactos con un ligero sobrepeso. La gente los ha adquirido en lugar de comprar un auto de un segmento superior”, dijo a RFI Alexandra Legendre, portavoz de la Asociación civil de defensa de los automovilistas de Francia.
“Y lo que me indigna es que lo que consultan a los parisinos para que voten a favor de una medida que no afectará a los parisinos. Serán los de fuera de París que vengan a aparcar a París, los que tendrán que pagar más. Es una medida completamente injusta", agrega Legendre.
La consulta popular de la alcaldía parisina relanza una vez más el debate sobre el uso de los autos en Paris, una ciudad densa y con calles angostas. “Sólo un tercio de los parisinos tiene coche”, reconoce Legendre. Sin embargo, en la periferia, en las afueras, las alternativas de transportes son mucho menos flexibles, sobre todo fuera de la hora pico, cuando hay menos trenes. También hay problemas de seguridad, si usted es una mujer en particular, existe el riesgo de subirse a un tren suburbano poco seguro. Así que, una vez más, no hay que pensar que la gente usa el auto en París por placer. Es porque, al final, es la opción que nos parece más segura”, justifica la activista.
La alcaldesa de París Anne Hidalgo, que dirige la capital francesa con una coalición de izquierda y ecologista, afirmó que, en 10 años, el tráfico vehicular había caído un 40%. Una tendencia que confirma el economista Frederic Héran, pero que ya había iniciado en los años 90 con la implementación de una serie de medidas para reducir el espacio dedicado a los autos.
“Fue la derecha durante el mandato del alcalde Jean Tiberi, entre 1995 y 2001, que inició esta política, que presenta exactamente los mismos argumentos que los utilizados por la izquierda, a saber, la reducción del tráfico de automóviles en la ciudad porque causa demasiadas molestias. Causa contaminación, ruido, accidentes y consumo de espacio en una ciudad muy densa: la ciudad más densa de Europa, París. Es necesario, por tanto, reducir el tráfico de automóviles. Entre 1992 y 2022, el tráfico de automóviles en la ciudad disminuyó un 60%”, recuerda el economista, profesor emérito de la Universidad de Lille.
El cambio de política de movilidad en las calles de París, es notable. Las ciclovías se han multiplicado, y con ellas el uso de las bicicletas. Y la famosa calle de Rivoli eje principal del centro de la capital francesa es ahora una calle tranquila, reservada a los transportes públicos y a las bicicletas. La reducción drástica del número de coches se ha logrado gracias a una serie de medidas aplicadas en varias ciudades francesas: “La receta es universal: se trata de reducir el espacio dedicado a los coches suprimiendo carriles de circulación o de estacionamiento para crear otras instalaciones, por ejemplo, carriles reservados a los autobuses. Carriles bici, aceras más anchas, plantaciones”, detalla Frédéric Héran.
“También está la reducción de la velocidad. La velocidad media en París en 1992 era de 21 kmph. ¡Ahora es de 12,6! Por eso cada vez es más interesante andar en bici por París que en coche, sobre todo a la hora pico”, apunta el economista, especialista en temas de movilidad.
El ejemplo bogotano
Y aunque suscitan mucho debate, las restricciones de movilidad para los autos en París se observan en otras metrópolis. Londres instauró incluso un peaje urbano en 2005.
"En París se observa la misma tendencia que en las grandes ciudades europeas como, Londres, Bruselas, Berlín. En las grandes ciudades de América Latina, de México a Sao Paulo o Buenos Aires también han empezado a introducir políticas de reducción del tráfico vehicular, un poco más tarde que las otras grandes ciudades occidentales, pero lo hacen”, observa Héran.
“Por ejemplo, las ciudades de Sudamérica han inventado los servicios de buses urbanos muy eficientes de alto nivel de servicio. Estas ciudades tienen ideas y lecciones que enseñarnos. En Bogotá por ejemplo se aprovechó el espacio en los grandes ejes que cruzan la ciudad, así que aprovecharon para construir un sistema como el Transmilenio”, indica el economista.
Y para reducir aún más la contaminación y el ruido generado por los autos, la alcaldía de Paris prevé otras medidas como reducción de 70 a 50 kph de la velocidad máxima en el anillo periférico, así como prohibir la entrada de vehículos con motores térmicos en Paris en 2030. La ONG WWF pide a la alcaldía ir incluso más lejos.
Entrevistas:
>Frédéric Héran, economista, especialista en temas de mobilidad, profesor emérito de la Universidad de Lille
>Alexandra Legendre, portavoz de la Asociación civil de defensa de los automovilistas de Francia
>Jean Burkard, encargado de campaña en la ONG ambientalista WWF Francia.